La Deudora (3)
Para la cuarta vez decidí que debía enseñarle a la deudora lo que yo quería. No sé si enseñar es la palabra correcta, tal vez entrenar sea el concepto mas adecuado. Había decidido que para esta vez le iba a pedir que se pusiera su mejor ropa interior, pero poco antes de su llamada entendí que esa idea era un error, dejarle espacio a ella era un error. Me hice una pregunta "¿De las tres veces que hemos tenido sexo, en cual se corrió?", sin entrar en disquisiciones sobre cuando una mujer se corre, que el orgasmo vaginal o clitoriano, se corrió solo una vez, cuando abrí su cuerpo con el mio y la obligué a sentir placer, en esa situación ella no tenía espacio. Eso debía lograr, que no tuviera opción, salvo sentir placer, incluso a su pesar y que ese placer fuese gracias a mi. Como he dicho no era fea, era una mujer promedio, su problema era ser tan sosa, se sacaba poco partido, pero lo peor era lo poco femenino de su comportamiento general y eso sí me molestaba. ...