Gratitud.
Siento tu esfuerzo en mi piel, lo oigo, lo veo.
Jadeas, te esfuerzas.
Veo como tu cabeza se hunde lo mas abajo que puedes, te siento. Noto la resistencia que tu garganta crea y tu lucha por vencerla.
Con cada movimiento, entro mas en ti.
Te desesperas, buscas darme placer.
Desnuda entre mis piernas, hace rato que el pudor te dejó, veo sudor en tu espalda, tu pelo desordenado, pero aún tomado, te estorbaría de otra forma.
Buscas darme placer, después de que yo te di el tuyo.
Me quieres y yo a ti.
Me agradeces cada gemido, cada toque, cada orgasmo con este esfuerzo entre mis piernas.
Levantas la cabeza y veo mi pene brillando, pero no separas la lengua de él y te vuelves a enterrar en mi.
Una, otra y otra vez.
Gemidos, bufidos, saliva, babas, arcadas, esfuerzo en cada movimiento y cuando me miras, veo gratitud.
Usas tus manos para darme mas estímulo, pero no cesas, te esfuerzas mas.
Sientes como reacciono, te busco, quiero entrar mas en ti, y tu también lo quieres.
Te quedas en mi, hasta el fondo, hasta que toses por el esfuerzo, me dejas, tomas aire y vuelves a mi.
Repites ese movimiento.
Otra vez.
Me miras con esperanza mientras te esfuerzas.
Y veo tu deseo ¿veras el mío?
Te tomo, tomo tu cabeza y te entierro, te guío, te tomo, te uso. Tu te dejas, esta vez buscas solo mi placer.
De pronto, te saco.
Tu pelo desordenado, tu cara brillante de babas, la boca abierta y un hilo de saliva te conecta conmigo... Te ves hermosa.
-¿Lo quieres?
Miro tu deseo en los ojos, tu mano se desliza en mi piel húmeda, porque no detienes tu esfuerzo en darme placer.
Lo veo...
- Por favor dámelo.
Me pongo de pie, tomo tu cabeza, veo tu deseo, tus manos automáticamente van a tu espalda.
Abres la boca.
Te penetro.
Desesperado me muevo en ti.
Con violencia, rudamente, hasta que al fin.
Respiro
Te miro.
Tragas.
Levantas tus ojos, y dices...
-Gracias.
Jadeas, te esfuerzas.
Veo como tu cabeza se hunde lo mas abajo que puedes, te siento. Noto la resistencia que tu garganta crea y tu lucha por vencerla.
Con cada movimiento, entro mas en ti.
Te desesperas, buscas darme placer.
Desnuda entre mis piernas, hace rato que el pudor te dejó, veo sudor en tu espalda, tu pelo desordenado, pero aún tomado, te estorbaría de otra forma.
Buscas darme placer, después de que yo te di el tuyo.
Me quieres y yo a ti.
Me agradeces cada gemido, cada toque, cada orgasmo con este esfuerzo entre mis piernas.
Levantas la cabeza y veo mi pene brillando, pero no separas la lengua de él y te vuelves a enterrar en mi.
Una, otra y otra vez.
Gemidos, bufidos, saliva, babas, arcadas, esfuerzo en cada movimiento y cuando me miras, veo gratitud.
Usas tus manos para darme mas estímulo, pero no cesas, te esfuerzas mas.
Sientes como reacciono, te busco, quiero entrar mas en ti, y tu también lo quieres.
Te quedas en mi, hasta el fondo, hasta que toses por el esfuerzo, me dejas, tomas aire y vuelves a mi.
Repites ese movimiento.
Otra vez.
Me miras con esperanza mientras te esfuerzas.
Y veo tu deseo ¿veras el mío?
Te tomo, tomo tu cabeza y te entierro, te guío, te tomo, te uso. Tu te dejas, esta vez buscas solo mi placer.
De pronto, te saco.
Tu pelo desordenado, tu cara brillante de babas, la boca abierta y un hilo de saliva te conecta conmigo... Te ves hermosa.
-¿Lo quieres?
Miro tu deseo en los ojos, tu mano se desliza en mi piel húmeda, porque no detienes tu esfuerzo en darme placer.
Lo veo...
- Por favor dámelo.
Me pongo de pie, tomo tu cabeza, veo tu deseo, tus manos automáticamente van a tu espalda.
Abres la boca.
Te penetro.
Desesperado me muevo en ti.
Con violencia, rudamente, hasta que al fin.
Respiro
Te miro.
Tragas.
Levantas tus ojos, y dices...
-Gracias.
Comentarios
Publicar un comentario